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En el mundo de la acuariofilia el agua y su calidad constituyen uno de los elementos principales para el futuro ecosistema que estará instalando en su acuario.
Los acuarios requieren de un agua natural, sin contaminación, libre de impurezas, sólidos suspendidos, sustancias tóxicas, microorganismos, entre otros, los cuales imposibilitarían el desarrollo normal de la vida en su acuario.
Es importante conocer previamente la calidad física y química del agua que va a utilizar para su acuario, esto permite diseñar el tratamiento del agua apropiado para acondicionar el agua.
El agua proviene de varias fuentes, entre ellas las más comunes, redes municipales, pozos perforados, potable, lluvia, condensados de sistemas de refrigeración, ríos, lagos, etc.
Todas indistintamente requieren de un análisis de calidad de agua inicial, Ud. Amigo acuariófilo puede dirigirse a su tienda de mascotas para asesorarse.
No obstante, a continuación mencionaré los análisis más comunes:
pH: En términos sencillos respetando los principios químicos, el pH indica el grado de acidez o alcalinidad del agua. Se dice que un agua tiene un pH neutro si su medición es igual a 7. Un pH muy ácido, menor a 6 (acidosis), ver escala, así como un pH muy alcalino mayor a 8,5 (alcalosis) ocasionaría la muerte de sus peces.
El ajuste del pH depende en gran medida del tipo o comunidad de peces que desea implantar en su acuario.
Por ejemplo, para un acuario de Cíclidos Africanos se les debe proporcionar un agua con un pH entre 8,0 – 8,5. Dependiendo de dónde vives, el agua del grifo puede tener una mayor o menor concentración de estas sales lo que puede hacerla o no, adecuada para el tipo de especies que desees mantener en el acuario.
Hablamos de un agua dura cuando contiene una gran cantidad de sales minerales.
Un agua dura resulta muy apropiada para especies como los cíclidos africanos del lago de Tanganika o de Malawi, pero nefasta para el mantenimiento de peces amazónicos.
En acuariofilia, se utilizan dos términos para referirnos a la dureza del agua: dureza total (gH) y dureza de carbonatos (kH).
Ambas durezas están relacionadas, de modo que un agua dura presenta ambas elevadas, mientras que un agua blanda a la inversa.
Desde el punto de vista de la estabilidad iónica del agua, la dureza de carbonatos tiene importancia como tamponador de pH buffer.
Si el kH está demasiado bajo, el pH se vuelve inestable y puede fluctuar con mayor facilidad.
Esto quiere decir dicho de una forma más simple, que el acuario es incapaz de neutralizar los ácidos que se generan y por consiguiente, pueden producirse caídas de acidez bruscas causando stress en los peces así como enfermedades graves. Si tienes un acuario con plantas naturales, es aconsejable mantener una mínima dureza total (gH) entre los 5-8 ºdH.
La razón es que las plantas necesitan calcio y magnesio para desarrollarse y la única forma que tienen de conseguirlo, es que estos elementos se encuentren presentes en el agua
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miércoles, 12 de noviembre de 2008
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