por:<-cesar garcia->visita mi blog para que tu mascota puedas mantenerlas con cariño
De niña tuve muchas mascotas. Pasé por peces, tortugas, pollitos y hasta un conejo. Los peces me encantaban pero decidí cambiar de giro mascotil porque mi pez, Gus, se murió y me puse realmente triste.
Después fueron las tortugas, que al igual que Gus también "estiraron la patita", mejor dicho, las patitas. Por supuesto que también lloré, pero a la semana me gané un pollito en la rifa del colegio, que tuve que regalar porque creció, y picar todo lo que se encontraba a su paso se convirtió en su pasatiempo favorito.
El problema no era el pollo sino mi mamá, que enfureció porque le hizo un hoyo del tamaño de una pelota a su sillón favorito, el rojo.
Lo supe en cuanto vi su mirada y los gritos reprimidos…
el pollo se tenía que ir, y así fue.
En cuanto al conejo, duró muy poco tiempo. Se lo dejé al veterinario a la semana de comprarlo porque fue el causante de que mi nariz luciera como pelota y de que los ojos me lloraran desde que llegó. Pero ahora, ahora soy feliz...
¡tengo un perro!
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sábado, 27 de diciembre de 2008
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